lunes, 23 de abril de 2018

Reseña del libro Vida de un esclavo americano contada por sí mismo


RESEÑA
VIDA DE UN ESCLAVO AMERICANO CONTADA POR ÉL MISMO
Autor: Douglass, Frederick


Título: Vida de un esclavo americano contada por él mismo.
Editorial: Capitán Swing
Año: 2010

Escrita por Frederick Douglass, Vida de un esclavo americano contada por él mismo narra sus años de esclavitud y cómo consiguió escapar de ella. Publicada en 1845, cuando Douglass calcula que tendría unos veintisiete años de edad, constituye un relato tan estremecedor como esperanzador.
Nacido en Maryland y separado de su madre pocos meses después de nacer, Douglass pasará a ser una propiedad más de varios amos a lo largo de su vida. Totalmente alejado de cualquier atisbo de libertad, debía estar disponible las 24 horas del día para sus amos, informarles de todo lo que hacía e incluso agradecer el cuidado excepcional que recibía cuando le preguntaran por ellos (aunque trataran mejor a sus mascotas que a los esclavos). Desde pequeño presenciará atrocidades inimaginables, como ver a su tía con los brazos totalmente estirados colgando de un gancho soportando azotes en su cuerpo desnudo y horribles blasfemias que el amo le gritaba. Al más puro estilo de Beethoven en sus sinfonías, Douglass consigue transmitirnos todo el dolor y angustia que siente con sus palabras, y como esto es posible, gracias al “error” que cometió la esposa de uno de los amos enseñándole a leer. La educación se convierte en algo tan importante para él que no duda en poner su vida en peligro cada día para aprender un poco más, lo que le llevará a desear tanto la libertad como para pensar en cualquier forma de escapar. Con ayuda de algunos abolicionistas en Massachussets conseguirá su libertad, convirtiéndose en una de las voces más reconocidas del movimiento antiesclavista y viajando a numerosos países para dar a conocer la realidad de los esclavos americanos en sus conferencias.
Quizá una de las partes que más impacte es cuando describe la severidad con que los amos castigaban a sus esclavos hasta no poder moverse y cómo disfrutaban con ello. Otros no tenían la suerte (o desgracia) de seguir vivos, en cualquier momento su amo alzaba el fusil y ponía fin a sus vidas. De Douglass es admirable su valentía, pues pese a que el primer intento de fuga falló él continuó adelante, pero sobre todo su persona, ya que aunque su vida estaba repleta de mal él nunca dejó de lado su humanidad. Cualquier ser humano en su situación podría dejar de serlo y convertirse precisamente en lo que los amos querían: máquinas sin sentimientos, incapaces de confiar ni empatizar con nadie. Douglass no se rindió, y sufría por sus amigos y su esposa incluso más que por él mismo. Siempre trató de ayudarlos y animarlos a huir con él. El propio Frederick cuenta que, si algo le hizo vacilar en su decisión más que el primer intento fallido de huida, eso fue el amor de sus amigos. Sobre el momento en que consiguió escapar, escribió: “Me han preguntado muchas veces cómo me sentí cuando me encontré en un estado libre. Escribiendo a mi amigo querido, inmediatamente después de mi llegada a Nueva York, dije que me sentía como quien ha escapado de un cubil de leones hambrientos”.
Pese a la dura vida que le tocó vivir, nuestro autor manifiesta su amor al cristianismo puro, pacífico e imparcial de Cristo; un cristianismo totalmente alejado del que se daba en América, al que califica como corrupto, esclavista, azotamujeres, expoliacunas, parcial e hipócrita; uno que hace todas sus obras para que lo vean los hombres proclamando su amor al Dios que no ven mientras odian al hermano que han visto, rezando por el pagano del otro extremo del mundo mientras desprecian al que tienen en su puerta.


Así Douglass nos muestra la situación a la que tuvo que hacer frente Estados Unidos durante varios siglos. La esclavitud fue un factor primordial en la acumulación de riqueza en este país en la primera mitad del siglo XIX. El ciclo de vida reproductiva de las mujeres esclavizadas se componía de violación, embarazo, dar a luz en un campo y, con poca o ninguna recuperación, entre seis y doce semanas después, podía estar embarazada de nuevo. Eran violadas legalmente y no tenían derecho a sus cuerpos, a sus hijos ni a rechazar la cría forzada. El primer paso para acabar con esta situación lo dio Abraham Lincoln en 1863 con la Proclamación de Emancipación, como resultado de una guerra civil entre los estados del norte y los estados confederados del sur donde la esclavitud seguía vigente. Tras la victoria del norte se promulgaron leyes de liberación y derechos ciudadanos pero, durante la mitad del siglo XX, la condición de los afroamericanos parecía no cambiar, especialmente en el sur, donde vivían segregados, perseguidos, desempleados y discriminados. Se llevaron a cabo marchas, manifestaciones y congregaciones por los derechos civiles principalmente liderados por Martin Luther King. Actualmente sigue existiendo una desigualdad para el empleo, la educación, el sistema judicial… Por no hablar de los diversos conflictos sociales a causa del racismo, algo que no puede ser tolerado en pleno siglo XXI. Por todo esto y mucho más, esta obra continúa siendo un referente dentro de la literatura reciente de Estados Unidos y en general de Occidente.


Laura González Ortiz. 2º Bach D.

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